Yo iba a pescar todos los veranos.
Personalmente, me gustan sobremanera las fresas con crema; pero por alguna
razón misteriosa los peces prefieren las lombrices. Por eso, como cuando voy
de pesca, no pienso en lo que me gusta a mí; sino en lo que prefieren los peces.
No cebo el anzuelo con fresas y crema. En cambio, balanceo una lombriz o saltamontes frente al pez y le digo: “ ¿te gustaría comer esto?”
¿por qué no proceder con igual sentido común cuando se
pesca a la gente?
¿por qué hablar de lo que necesitamos o deseamos? Eso es
infantil. Absurdo. Claro que a usted le interesa lo que necesita o desea. Eso
le interesará eternamente. Pero a nadie más le interesa. Los demás son como
usted o como yo . Les interesa lo que ellos desean o necesita.
De modo que el único medio de que disponemos para influir
sobre el prójimo es hablar acerca de lo que él quiere, y demostrarle cómo
conseguir.
Recuerde esa frase mañana, cuando traté de lograr que
alguien haga algo. Sí, por ejemplo no quiere que su hijo fume, no le predique,
y no hable de lo que usted quiere; muestren, en cambio, que los cigarrillos
pueden impedir formar parte del equipo deportivo del colegio, o ganar la
carrera de los metros
Es bueno recordar esto ya sea que se trate con un niño un ternero o con un mono. Por ejemplo un granjero y su hijo trataron un día de
meter un ternero en el establo. Pero cometieron el error común de pensar
solamente en lo que querían ellos. El hijo tironeaba y el Padre empujaban al
ternero. Pero el ternero hacía como ellos: pensaba solamente en lo que quería;
y no era entrar en el establo atiesó las patas de y se negó empecinadamente a
entrar. Una empleada los vio en tan serias dificultades y pensó en lo que querían
el ternero usó su dedo maternal en la
boca del ternero y lo dejó que chupar y chupar mientras lo conducía muy lentamente al establo.
Todos los actos que ha realizado usted desde que nació se deben a que quería algo.
Todos los actos que ha realizado usted desde que nació se deben a que quería algo.
El Profesor Henry A Overstreet en su libro, Influenciando el comportamiento humano, dice “ la acción surge de lo que
deseamos fundamentalmente… Y el mejor consejo que puede darse a los que
pretenden ser persuasivos, ya sea en los negocios, en el hogar en la escuela o en la política es este: primero, despertar en la otra persona un franco
deseo. Quien puede hacerlo tiene el mundo entero consigo. Quien no puede,
marcha sólo por el camino”.
Antes de hablar con alguien e intentar persuadirle para
que haga algo, haga una pausa y pregunté : “ ¿cómo puedo lograr que quiera hacerlo?”
Esta pregunta impedirá que nos lancemos impetuosamente
hablar inútilmente de todos nuestros deseos. Veamos uno de los mejores consejos
que jamás se ha dado en cuanto al arte de las relaciones humanas. “ si hay un
secreto del éxito dijo Henry Ford reside
en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio”.
Es tan sencillo, tan evidente, que cualquiera debería
apreciar a primera vista la verdad que encierra; sin
embargo el 90% de la gente lo ignora; el 90% de las veces.
embargo el 90% de la gente lo ignora; el 90% de las veces.
Ver
desde el punto de vista de la otra persona y despertar en esa persona un deseo
ferviente de algo no debe confundirse con manipular a esa persona de modo que
haga algo en detrimento de sus propios intereses. ambas partes deben salir ganando
en la negociación es decir un ganar ganar
Casi todos los hombres van al colegio y aprenden a leer a
escribir y a dominar los misterios del cálculo sin descubrir jamás cómo funciona
su mene: “ primero, despertar en el prójimo un franco deseo. Quien puede
hacerlo tiene el mundo entero consigo. Quien no puede, marchas sólo por el
camino.
Fuente Base de consulta "Dale Carnegie"
Deja tu comentario Acá Sigue Este Blog Ir a Principal Todas las entradas
Fuente Base de consulta "Dale Carnegie"
Deja tu comentario Acá Sigue Este Blog Ir a Principal Todas las entradas